jueves, 19 de noviembre de 2009

Los satelites

En el cielo no solo están las estrellas. También hay otros objetos que nos miran y que llegaron allá en un viaje que empezó en la Tierra. Si uno observa al firmamento no se los puede ver a simple vista, pero allí están. Son los satélites, que están más arriba de donde circulan los aviones. Y por eso están en capacidad de mostrar imágenes de las montañas, de los bosques, de los ríos e incluso de lugares inaccesibles para el hombre, como los polos.
En realidad no funcionan como los ojos humanos ni toman fotografías. Lo que hacen es captar la energía de las cosas y en base a ello componen imágenes. Si el área es más brillante, refleja más. Augusto González, ingeniero con una especialidad en suelos y sensores remotos, señala que los árboles son los que tienen mayor capacidad para reflejarse. En cambio, el agua tiene un valor mínimo. A veces no es fácil reconocer qué valor da el satélite a determinado material por lo que a menudo los expertos acuden al área para constatar el área y determinarla.
Pero, en general debido a esta energía que emiten los cuerpos, los especialistas en imágenes satelitales pueden saber si se trata de un área selvática, de un lago, de una superficie plana sin vegetación o de una plantación de banano o palma africana, de una área de agua dulce o salada. Y en el caso de nuestro país permite ver fenómenos como las inundaciones y las áreas que ocupan en diferentes territorios y cómo va desarrollándose el fenómeno.
En el Ecuador, por ejemplo, se pueden conocer datos como la superficie que ocupan las camaroneras, el área en donde existe bosque, o donde el suelo está deforestado e incluso con las imágenes de archivo se pude hacer una evaluación de ciertas áreas. También se puede conocer datos de cómo afecta la explosión del Tungurahua a la superficie cercana o datos de cómo se comporta la emisión de ceniza, explica Edgar Peñaherrera, jefe del Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos (Clirsen).
Pero, alrededor de la Tierra no solo existen los satélites que sirven para estos fines. También hay aquellos que ayudan a observar la atmósfera y predecir el clima de las diversas áreas del planeta. Por ellos se pudo conocer el estado de la capa de ozono y el riesgo que pudiera encarnar esta situación para la humanidad. También permiten determinar el curso de los huracanes. Y por supuesto el comportamiento de las corrientes de aire.
La utilidad de estos aparatos es múltiple que hasta permite que alguien determine su ubicación en cualquier punto del planeta.Es lo que se conoce como los sistemas GPS, es decir la persona que tiene un aparato de estos emite una señal que es recibida por un satélite que en ciertos casos hasta puede determinar la velocidad a la que se desplaza la persona. Pero, para esto hace una triangulación con otros satélites que le ayudan a determinar el área exacta.
Los satélites militares por su lado permiten detectar el lanzamiento de misiles. Y hasta se dice que existen aparatos de tal sofisticación, que pueden captar conversaciones telefónicas.
Todos estos aparatos son lanzados a la atmósfera gracias a unos cohetes, cuando llegan al lugar preciso son expulsados de toda esta infraestructura y se dirigen al lugar en el que deben ubicarse. Abren ciertos paneles que les permiten recibir luz solar para su funcionamiento y empiezan su trabajo. Aunque otros funcionan con energía nuclear.
Ellos se mantienen en órbita debido a que una nave o cualquier artefacto fuera de la atmósfera se mantiene viajando a ciertas velocidades, pues no hay resistencia del aire que la detenga, como ocurre con los objetos en la superficie terrestre.
Pero, no es que pueden estar en el firmamento porque son estructuras pequeñas. Un tamaño promedio puede ser el de uno que tenga el porte de un automóvil. Pero también los hay gigantes como la estación espacial MIR, que fue construida en el espacio. Pero que luego de 15 años dejó de funcionar, pues en el 2001 cayó a la Tierra bajo la supervisión de la mente humana. Pesaba 130 toneladas que se quemaron en la atmósfera una parte y el resto cayó sobre el área sur del océano Pacífico.
Sin embargo, no todos pueden ser traídos a la superficie terrestre, pues cuesta mucho dinero hacerlo, por lo mismo algunos se quedan en el espacio. Eso se conoce como basura espacial.
El primer satélite que llegó al espacio lo hizo hace 51 años bajo el auspicio de la Unión Soviética.

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